Por qué prefiero audífonos con cable en vez de inalámbricos
Hace un tiempo ya desde que los audífonos inalámbricos se pusieron de moda y el mercado se inundó de diferentes marcas, modelos y precios, sin embargo, hace poco decidí, después de varias pruebas, volver a comprar unos audífonos con cable. ¿Por qué? ¡Te cuento!
Mayor autonomía
Generalmente utilizo los audífonos para jugar videojuegos o ver películas. Y eso puede llevar fácilmente más de dos horas. Aunque el último modelo que compré dura bastante más, siempre alguno de los dos audífonos inalámbricos se termina descargando antes de terminar, lo que resulta muy incómodo.
Los audífonos con cable, en cambio, no dependen de una batería recargable para funcionar, lo que me permite pasarme horas y horas jugando o viendo series y películas sin tener que quedarme sin carga a mitad de camino.
Claro, hay opciones más costosas que duran más, pero no compiten con el siguiente punto:
Comodidad
Aunque los hay de cintillo, la mayoría de los TWS, sobre todo los más económicos, vienen en formato in ear, de los que van dentro de los oídos. Este modelo es muy discreto y ligero, pero tengo el inconveniente de que ninguna de las tras tallas de gomitas que traen consigo se ajustan bien a mi canal auditivo. Eso hace que me empiecen a doler los oídos, y la cabeza, apenas minutos después de habérmelos puesto.
Y hay otro problema, por alguna razón, si elijo el juego de gomitas más cómodo, a la larga se me terminan cayendo, y han estado a punto de aterrizar incluso dentro de la lavadora. Recientemente elegí otro modelo, que se sujeta por encima de la oreja y queda puesto sobre el canal auditivo, no dentro. Pero entonces el dolor se produce en la parte de atrás de mis orejas.
Mi solución fue comprar unos audífonos con cable y de cintillo grandes, muy grandes, de forma que no aplasten mis orejas y se ajusten con comodidad en mi cabeza, la experiencia es mucho, pero mucho más cómoda.
Fidelidad
No es un secreto que los audífonos cableados suenan mejor, hay menor pérdida de calidad y, más importante aún, no sufren retardo.
Los inalámbricos que he tenido, incluso los de mejor calidad, siempre tienen un retardo de unos pocos milisegundos desde que ocurre algo en la pantalla hasta que mis oídos lo captan y, aunque no lo creas, a veces se nota.
No es fácil jugar juegos de ritmo como Beats, Muse Dash o A Dance of Fire and Ice cuando el sonido está tardando apenas medio segundo después de que un evento ocurre. Con el cable no pasa eso.
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Esposo y padre venezolano. Comunicador, informático y creador de contenidos. Soy un entusiasta apasionado de los electrónicos de consumo y los videojuegos y tengo más de 10 años prestando servicio técnico informático a personas y negocios y ayudándoles a sacar el máximo provecho a sus equipos Windows y Android.
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