Y… ¿Ganó el dólar?
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En marzo del año 2013, cuando todavía era presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro sentenció con firmeza que “torcería el brazo al dólar criminal”.
Desde ese momento, el discurso contra la dolarización se convirtió en una especie de estandarte para el Partido Socialista Unido de Venezuela, tildándola de “imperialista” y lanzando ataques mediáticos contra todo líder político o experto que asomara la posibilidad de una dolarización.
En el año 2018, antes de las más polémicas elecciones presidenciales protagonizadas por su partido, acusó a Henry Falcón de no saber de lo que hablaba, llamando “pelele” a uno de los asesores del entonces candidato, el economista Francisco Rodríguez.
“La Constitución fija muy claramente que la moneda de Venezuela es el Bolívar”, dijo, anunciando una nueva reconversión monetaria para el 4 de junio de ese año para “defender al Bolívar”. Allí también habló sobre la creación del Petro, criptomoneda que serviría como “alternativa” internacional al dólar.
Es más, hace sólo tres meses, en agosto de 2019, el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente hizo énfasis en la necesidad de “obligar” a los venezolanos a comerciar con el Bolívar, o hacer trueques, en lugar de depender del dólar.
Sin embargo, el año 2019 estuvo marcado por una agresiva dolarización “espontánea” de la economía venezolana. Ante la inestabilidad del bolívar y la hiperinflación, desde los buhoneros hasta las grandes cadenas de tiendas venezolanas han adoptado al dólar y otras divisas como forma de pago para combatir la devaluación y mantenerse competentes.
Es común en Delta Amacuro el pago de medicinas y bienes en dólares, mientras que en Guasdualito, el Nula y Maracaibo es el peso colombiano el que circula.
Incluso en las ciudades del centro, retiradas de las fronteras, las divisas extranjeras le han quitado el protagonismo al bolívar, que pareciera servir nada más para pagar pasajes y gasolina. En Caracas los buhoneros venden dos barras de chocolate por un dólar, mientras que en San Juan de los Morros hacen lo mismo con los chupis.
¿Y qué pasó con el dólar, señor presidente?
Me sorprendió entonces, cuando este 17 de noviembre, el mandatario nacional le dijo al periodista José Vicente Rangel que “no ve mal” la dolarización que se vive en el país.
Para él, según lo dijo el mismo durante la entrevista, el fenómeno sirve como una “válvula de escape”, una medida de “autoregulación necesaria de una economía que se niega a rendirse”.
El defensor del bolívar soberano se declaró pecador al insistir en que “no lo ve mal” y dar gracias a Dios por su existencia.
¿Qué pasó, entonces, con el bolívar soberano anunciado en ese 2018 para convertir al bolívar en una moneda fuerte? ¿Y el Petro?
Sus comentarios generan una duda todavía más importante que la aparente admisión del fracaso de esas dos medidas económicas implementadas hace un año. ¿Es legal, entonces?
En un gobierno en el que las últimas decisiones se han hecho por debajo de la mesa y sin los grandes anuncios por cadena nacional como era costumbre y en el que los aumentos salariales son fijados por constituyentes y la posible eliminación del “Petro eual” se anuncia con la creación de un bono navideño de medio petro fluctuante (890 mil bolívares), estas palabras parecieran hacer oficial lo que pasa con las divisas en el país.
Ese “yo no lo veo mal” pareciera abrir una puerta “oficial” al hecho de que los zulianos tengan que pagar una bombona de gas en dólares o que en Guasdualito hasta los helados de teta se vendan en pesos.
Palabras “irresponsables”
Por supuesto, sigue sin ser legal, no aparece en la Constitución ni está detallado en ninguna Gaceta, pero que el presidente de la República asegure que es “normal” que los venezolanos comercien en dólares, pesos o Bitcoin, podría ser considerado por algunos como una “legalización no oficial” de la dolarización.
Para el economista venezolano Aaron Osborne, las palabras de Maduro están lejos de dar legalidad a la dolarización”. Osborne explicó que una medida así debería ser aprobada por el Banco Central de Venezuela:
“Esto supone el hecho de que la actividad financiera y la actividad vinculada con sueldos y salarios de parte de empresas públicas y privadas tendría que ser llevada en divisas, cosa que no pasa en Venezuela”.
Recordó, además, las políticas cambiarias implementadas por el gobierno nacional que impedirían una dolarización. Además, aclaró que las transacciones en divisas fueron adoptadas espontáneamente y que no incluyen sólo dólares, sino otras monedas como el euro o el peso colombiano.
Por último, consideró “irresponsables” las declaraciones del mandatario pues “no todos los venezolanos tienen acceso a las divisas. Dar una declaración de este estilo (…) lejos de generar tranquilidad, más bien lo que va a generar es más incertidumbre”, concluyó.
Mientras tanto, es precisamente esa incertidumbre la que crece en la cabeza de los venezolanos cada vez que salen a la calle y hasta los médicos les cobran en dólares, con la eterna carrera para adquirir la divisa norteamericana sumándose a la otra decena de angustias que deben enfrentar.
¿Qué debería hacerse ahora? ¿Eliminar el control cambiario? ¿Hacer una dolarización oficial? ¿seguir el consejo de Diosdado Cabello?
¡Amanecerá y veremos!